¿Qué es el temido Síndrome Metabólico

¿Qué es el síndrome metabólico?

El síndrome metabólico es un conjunto de enfermedades relacionadas con la obesidad, cuando una gran cantidad de grasa se encuentra almacenada en el abdomen y, fundamentalmente, alrededor de vísceras como los riñones o las glándulas suprarrenales.

Según diversas evidencias científicas, se sabe que en la mayoría de los casos de personas con exceso de peso, el tejido adiposo de un individuo ha aumentado, especialmente el tejido adiposo visceral (grasa abdominal). Esta hipertrofia o aumento del tamaño de los adipocitos depositado en la zona central del abdomen, desencadena un proceso inflamatorio celular llamado lipoinflamación, precursor del síndrome metabólico, que conduce a un estado inflamatorio crónico en este tipo de personas.

síndrome metabólico
Es fundamental combatir la grasa abdominal desde su aparición para evitar la aparición del síndrome metabólico

La principal consecuencia de la lipoinflamación es la alteración del metabolismo de los carbohidratos que favorece el aumento del depósito de grasas y, por tanto, favorece o incrementa la obesidad. La lipoinflamación también interfiere en las señales que regulan el apetito, disminuyendo la sensación de saciedad y aumentando la sensación de hambre, lo que hace que la persona siga comiendo y aumentando su tejido adiposo.

Consecuencias del síndrome metabólico

Por tanto, queda establecido que la obesidad abdominal promueve el denominado síndrome metabólico, relacionado directamente con la diabetes, alta tensión arterial, dislipemia (colesterol y triglicéridos), accidente cerebrovascular, problemas del aparato locomotor, apnea obstructiva del sueño, insuficiencia venosa, aumento del riesgo de trombosis, enfermedades digestivas, algunos tipos de cáncer y problemas psicosociales. Las consecuencias son una menor esperanza de vida y una importante disminución de la calidad de ésta. Se estima, que para la población de obesos no fumadores, la expectativa de vida se reduce 7,1 años en las mujeres y 5,8 años en los varones.

La importancia de la obesidad visceral en el contorno torácico es tal que se ha propuesto que el objetivo de tratamiento de la obesidad sería más reducir la cantidad de grasa visceral y el perímetro abdominal que la pérdida de peso en sí misma.

La localización de la grasa es lo más importante

Aunque es indudable la participación de factores genéticos y conductuales en la hipertensión ligada a obesidad, un reciente estudio ha demostrado que la hipertensión no se asocia a la grasa subcutánea sino a la adiposidad visceral y, especialmente, a la retroperitoneal, que rodea los riñones y las glándulas adrenales. En este mismo estudio, se demostró que el factor más influyente en la hipertensión no fue el peso de las personas, sino la ubicación de su tejido adiposo. La grasa en otras  zonas corporales no se asocia con la hipertensión.

En cuanto al riesgo cardiovascular, hay evidencias de que el tejido adiposo visceral representa un depósito patológico de grasa que se acumula cuando los depósitos subcutáneos resultan sobrepasados o no están disponibles para el almacenamiento.

El tejido adiposo visceral es altamente proinflamatorio, ya que segrega más citoquinas inflamatorias que el subcutáneo. Además, la grasa visceral se asocia a la resistencia a la insulina y facilita la diabetes en obesos.

Este tejido adiposo localizado en el abdomen pude ser el vínculo que relaciona el IMC con la enfermedad cardiovascular, y, como hemos visto, podría estar actuando en parte como promotor del desarrollo de la hipertensión y la resistencia a la insulina, que, además, puede provocar un aumento de la presión arterial por efecto de la compresión que ejerce sobre los riñones, a través de la retención de sodio.

El tejido adiposo no solamente opera como un depósito de energía, sino que también puede funcionar como un órgano endocrino, alterando la producción de hormonas como la leptina (que regula el apetito) y la adiponectina (que influye en la respuesta de las células a la insulina).

La grasa visceral también fomenta la producción de citoquinas (como la Interleuquina-6 y el TNF-α), compuestos que participan en reacciones inflamatorias crónicas ligadas a eventos cardiovasculares.

Si bien el depósito de grasa alrededor de los riñones (adiposidad retroperitoneal) y del corazón (adiposidad pericárdica) es mucho menor en volumen a la adiposidad abdominal, pueden tener un efecto local importante en relación a la secreción intercelular local, fomentando la producción de compuestos ligados a la inflamación que actúan sobre células vecinas.

Además, la distribución de la grasa corporal es un elemento adicional en la relación de obesidad con ateroesclerosis y su asociación con los factores antes señalados, como la intolerancia a la glucosa, dislipidemia, hiperuricemia e hipertensión, con aumento del riesgo cardiovascular, conocido como el «cuarteto de la muerte».

El síndrome metabólico tiene solución

Como consecuencia de que el síndrome metabólico es un conjunto de enfermedades relacionadas con la obesidad, cuando una gran cantidad de grasa se encuentra almacenada en el abdomen, la buena noticia es que realizando una dieta sencilla, como la dieta tres en uno, bebiendo agua, realizando una actividad física adecuada y tomando algún complemento natural que nos ayude a normalizar la grasa abdominal, podremos hacerla desaparecer y con ello todos los peligros que hemos descrito. En www.centrokaiser.com le informamos de cómo hacerlo. En cualquier caso, es importante adquirir como rutina un estilo de vida saludable, y mantenerlo a lo largo de toda la vida. Su salud física y mental mejorará notablemente, así como su esperanza de vida, no solamente vivirá mejor, sino durante más tiempo.

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